jueves, 10 de junio de 2010

Biografía

Nunca apareció su nombre en las tablas viejas del excusado escolar.

Al abandonar definitivamente el aula
nadie percibió su ausencia.

Las sirenas del mundo guardaron silencio,
jamás detectaron el incendio de su sangre.

El grado de sus llamas
se hacía cada vez más insoportable.

Hasta que abrazó con el ruido de sus pasos
la sombra de la montaña.

Aquella tierra virgen le amamantó con su misterio
cada brisa lavaba su ideal
y lo dejaba como niña blanca desnuda,
temblorosa, recién bañada.

Todo mundo careció de oídos y el combate
donde empezó a nacer
no se logró escuchar.

(1969)

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